2015/09/01

4 lecciones para los negocios que he aprendido corriendo un maratón


Hace algo más de dos años, coincidiendo con la que ha sido hasta ahora mi mejor marca en el Maratón de Madrid, escribí un post en el  que explicaba algunas de las claves que me han permitido correr la distancia equivalente a más de una vuelta al mundo.


Desde entonces, y aunque han pasado ya 16 años desde que empecé a correr, no he dejado de aprender. Cada carrera es única y, por tanto, una oportunidad para seguir aprendiendo y para conocerte un poco mejor. En los dos últimos maratones, por ejemplo, he aprendido cuatro grandes lecciones que pueden aplicarse muy bien al entorno profesional:

La confianza en uno mismo es fundamental pero no  se debe caer en la tentación de subestimar las condiciones externas ni sobrevalorar tus propias capacidades. Por ello, flexibilidad y adaptabilidad son dos ingredientes fundamentales para abordar retos inesperados (desde una pequeña lesión en el caso de la preparación de nuestra carrera hasta un cambio repentino en la estrategia comercial de nuestro principal competidor).

La planificación y la preparación son la clave del éxito. No hay atajos posibles: para conseguir cumplir nuestro objetivo y terminar la carrera en el tiempo objetivo es necesaria una combinación de perseverancia, resiliencia y mucha fuerza de voluntad. Y, como en el mundo de los negocios, es realmente importante ser impecables en la ejecución y en el seguimiento de las métricas que objetivan nuestro rendimiento.

Es imprescindible tener una estrategia meditada para todo el recorrido y no concentrarnos sólo en el corto plazo. Es importante recordar en todo momento cuál es el objetivo final y dosificar las fuerzas para toda la carrera (o todo el año fiscal). Esto nos ayudará a superar el famoso efecto del “muro” a mitad de carrera o a enfrentar unos resultados de mitad de año no especialmente brillantes.

Sinceridad con uno mismo. Soñar y pensar en grande es muy estimulante pero puede volverse peligroso si no lo hacemos con suficiente criterio. En todas las ocasiones en las que he conseguido cumplir mis objetivos deportivos ha habido una estrategia previa diseñada para ello: partiendo de un diagnóstico de mis propias capacidades en el momento de comenzar la preparación y siendo honesto conmigo mismo respecto al potencial a desarrollar en el tiempo restante, me he planteado unos objetivos ambiciosos pero sensatos y un plan de entrenamiento realista. Insisto en la honestidad con uno mismo porque no se pueden esperar milagros. Si algo pasa, seguramente será para impactar negativamente en el rendimiento esperado: casi nunca al revés.

Y una última lección sobre los compañeros de viaje. Contar con el apoyo de tu familia y de tus amigos en el caso del maratón y de tus colegas en el mundo profesional es, sin duda, el mayor aliciente para seguir adelante hasta cumplir el objetivo. Sin ellos, es misión imposible. Como dice un proverbio africano, “si quieres ir rápido camina solo, si quieres llegar lejos ve acompañado”. Y yo añado “acompañado de los mejores”.

English version of this post